En Europa las medidas de protección de los paisajes ricos en naturaleza autóctona cuentan con un amplio apoyo de la ciudadanía. Sin embargo, los entornos históricos de agricultura, que tradicionalmente abastecían a ciudades y pueblos, no parecen contar con ese mismo apoyo público. Son escasas las medidas para conservar un paisaje y un modo de vida agrícola seriamente amenazados por el sistema globalizado de la explotación alimentaria. La comarca de la Huerta de Valencia tiene uno de los suelos más fértiles del mundo y compone un entorno singular tanto por su valor paisajístico como patrimonial. Tiene una característica única y fundamental: refleja un sistema histórico y equitativo del uso del agua para regadío que perdura desde su creación en el Alto Medioevo. En la actualidad, el futuro de este característico paisaje mediterráneo está en entredicho.